lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Qué hay de lo mío?

Esto es lo que deberíamos preguntarnos la mayoría de los ciudadanos y pequeños empresarios, cuando escuchamos los espectaculares titulares que ha causado la comparecencia del Presidente del BCE. La verdad es que para la mayoría de los mortales, las grandes políticas macroeconómicas, aparentemente, no tienen repercusión en nuestro día a día. No obstante, la declaración de ayer debería tener, por lo menos, dos efectos reales en el corto plazo.

El primero será el abaratamiento de las hipotecas. Recordemos que el Euribor es el índice al que se referencian más del 80% de las hipotecas en España, y está muy ligado a la evolución de los tipos de interés. El segundo efecto será una mejora en la capacidad de financiación de las empresas, gracias a la bajada de tipos debería aumentar el flujo de crédito que ponen los bancos en el mercado. Cuanto más barato consiga financiarse una empresa, más capacidad económica podrá destinar a inversión y al mantenimiento del empleo.

Si realizáramos un análisis más en profundidad de la bajada de tipos, veríamos la existencia de muchos más efectos, más complejos de explicar y que, seguramente, nos afectaran en nuestra economía doméstica. Pero posiblemente nunca las veremos tan claramente en nuestro día a día. Sin duda, notaremos las nuevas medidas macroeconómicas al incrementar el consumo y la inversión, puesto que financiarse debería ser más barato, tanto para hogares como empresas, y debería ser un impulso a la débil recuperación económica del país.

Ahora solo necesitamos que las entidades financieras nacionales recojan los estímulos europeos y los lleven al mercado local. Esperemos que esta vez no encuentren mil argumentos y excusas legales en los cuales parapetarse para bloquear este nuevo estímulo financiero.


Luis H.-Cachalvite Manzano

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